La obra incluye aportes sobre la clínica: las primeras entrevistas, el trabajo psicoanalítico con los padres y las intervenciones que posibilitan la estructuración psíquica en el niño mismo, así como de los diferentes lenguajes en los que el niño se expresa. Parte de la convicción de que analizar niños supone estar disponibles a jugar, dibujar, escuchar, a conectarse a través de ruidos o gestos, a estar atentos a las acciones, a los movimientos y a los grafismos. En ese sentido, en ocasiones hay que develar varias historias para posibilitar que se arme una y que se despliegue un sostén interno que permita seguir creciendo. Ver más títulos de Beatriz Janin
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