Este libro busca un lenguaje para dar a la educación un sitio peculiar dentro de las relaciones y las experiencias esenciales de la vida. Poco parece quedar de los gestos, rostros, acciones, sonidos y silencios con que recordamos ciertos momentos que nos hacen, cuando el registro se vuelve un engranaje desapasionado. Carlos Skliar muestra ese cambio de voz en esta obra y desarrolla lo que considera el verdadero sentido del gesto-acto de educar: Recibir al otro, sin cuestiones, sin preguntas, sin sospechas y sin juzgar, para entablar una conversación a propósito de qué haremos con el mundo. Ver más títulos de Carlos Skliar
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